Félix de Santos

Félix de Santos Sebastián. Nació en Matapozuelos, Valladolid, el 29 de julio de 1874. Murió en Barcelona el año 1946. Compositor y concertista de mandolina Española y de violín. Maestro de instrumentos de púa del Conservatorio del Liceo de Barcelona. Director, profesor de composición y de instrumentos de arco de la Academia Centro Artístico Musical. Director técnico y profesor de solfeo, teoría de la música, armonía, composición, instrumentación, conjunto vocal e instrumental, instrumentos de cuerda de la Escuela de ciegos de la Casa de la Caridad. Director de la Orquesta Filarmónica de Mandolinistas. Nació casi ciego dentro de una familia de agricultores. Muy niño empieza a mostrar su inclinación por la música. Tiene su primera bandurria a los cinco años. Le da clase un aficionado llamado Miguel Binagre Alonso, superando a los meses -según cuentan- a su profesor. Ingresó entonces como primera bandurria en una orquesta o estudiantina que, como casi todas las de ese siglo, estaban formadas por bandurrias, guitarras, flautas y violines. Los progresos que hace en la bandurria como autodidacta y en la música, hacen que una «mazurkita» compuesta por Félix para el grupo tuviera tal éxito, que a los ocho años es nombrado director de la misma. En las horas libres de la escuela empieza a estudiar sin maestro el violín, el acordeón y la guitarra; en poco tiempo lo rodean alumnos de acordeón y bandurria a los que enseñaba las piezas por cifra. Con el traslado a Barcelona el 11 de junio de 1886 de toda su familia co­mienza en la Ciudad Condal su vida artística, aunque el fin primordial era que el niño pudiese estudiar en colegios para invidentes. Ingresó a tal efecto en la Escuela Municipal de Ciegos en 1886 en la que empezó solfeo con el profesor Pedro Uorente. Se matriculó después de pasar el correspondiente examen en las asigna­turas de violín y piano. Los progresos en el violín fueron rápidos y en 1890, tras otro examen y por unanimidad del tribunal, ingresa como violín principal en la orquesta de la escuela, animándose a perfeccionar estos estudios. Según afirma Higinio Anglés en el Diccionario de la Música Labor, Félix de Santos recibió lec­ciones de violín del ilustre Sarasate y estudió armonía con Pedrell. El 31 de agosto de 1890 dio su primer concierto de violín en el café La Habana y en 1891 actúa a dúo y trío en el gran café Tost, cuyos conciertos dirigió por espacio de ocho años. Los conciertos en que tomó parte como violinista en sociedades, casinos y teatros fueron muchos. Merecen especial atención los que dio en el Ateneo Graciense coincidiendo varias veces con e! violonchelista Pablo Casals. En e! piano fue alumno de Eusebio Ferrán y aprendió instrumentación práctica con el profesor de instru­mentos de viento Juan Costa, llegando a tocar el clarinete en la orquesta de la escuela. Esta trayectoria artística se transformó a raíz de un encuentro con Cateura. El 10 de marzo de 1899, como Félix daba clases de mandolina y bandurria, acude a casa del Maestro Cateura para solicitarle su método de mandolina. Cateura tenía referencias de nuestro personaje como violinista, pero ignoraba que impartiese clase de instrumentos de púa. Félix de Santos le manifiesta su abandono del estudio de la bandurria por su imperfecta afinación, achacable a las cuerdas dobles. Enton­ces Cateura le cede su mandolina española y trípode, y tras oír en ella pasajes de gran dificultad ejecutados por Félix de Santos, le ruega con insistencia que se dedique a su estudio, pues ve en él cualidades excepcionales, diciéndole: «La man­dolina que tiene usted delante es suya desde este momento; yo se la ofrezco deseando que, en día no lejano, pueda usted hacerla brillar en algún concierto». No tardó mucho en lograrlo, pues el 30 de abril de 1899 da su primer concierto de mandolina española en el teatro Novedades obteniendo una gran ovación. El celebrado e! 26 de junio de 1903 resultó ser un acontecimiento musical. Fue tan grande el entusiasmo del numeroso público, que se vio obligado a fuerza de aplau­sos a interpretar ocho obras fuera de programa. La fama de Félix de Santos au­mentó considerablemente y en Barcelona quedaron pocos bandurristas que no adaptaran el sistema de la mandolina española. El célebre guitarrista Francisco Tárrega escribió una carta a un músico de Reus que apareció publicada en e! periódico Las Circunstancias e! 19 de julio de 1904, decía en ella:

«Mi queridísimo amigo. Como Vd. es un ferviente admirador de todo lo que en arte brilla en primera magnitud, me permito recomendarle muy eficazmente a mi buen amigo y eminente mandolinista, D. Félix de Santos. Tengo la seguridad que admirará con entusiasmo al que en mi concepto es hoy el primer artista de su instrumento.»

De todas las composiciones que interpretaba en sus conciertos varias eran las preferidas: «Magdalena (mazurca con variaciones)>>, «Fantasía original», «Movimien­to perpetuo», «Duetto imitando dos mandolinas» o «La mariposa (Leyenda y Ca­priccio)>>. Debido a su éxito, un empresario que también lo había sido de Sarasate, le propone una gira artística por Norteamérica e Inglaterra ofreciéndole un cachet de cien mil francos a la firma del contrato. Pero Félix rechazó la propuesta en atención a la salud de sus ancianos padres, ya que su ida podría apresurar su muerte por ser hijo único. Su calidad como instrumentista queda reflejada en e! siguiente artículo de la revista Cataluña Artística de! 13 de octubre de 1904 :

«La personalidad de! notable concertista y maestro Félix de Santos es bastante conocida para que nosotros vengamos a hacer su apología y solamente como tri­buto de admiración por lo que significa una voluntad firme, una fe ardiente y una obra gigante, es por lo que hoy nos honramos hablando de él. El maestro Santos, además de notabilísimo violinista, eminente concertista de mandolina española y distinguido compositor, reúne la especial cualidad de ser maestro de instrumentos de viento en la Escuela de Ciegos de nuestra ciudad, instrumentos de los que posee e! mecanismo y secretos de todos ellos, desde el flautín hasta la tuba. Éste es el maestro Santos, personalidad musical por excelencia que puede manifestarse bajo múltiples aspectos, siempre de buena ley y admirables. Nunca hubiéramos soñado que con la mandolina pudiera llegar a hacerse un trabajo artístico tan excelente como el que oímos al concertista Sr. Santos. La mandolina en sus manos se presta a toda clase de efectos, desde la sencilla melodía hasta las formas más complicadas de ejecucióh y variaciones más difíciles. Las composiciones del programa, todas ellas originales del maestro Santos, eran de una dificultad extraordinaria y galana muestra de los infinitos efectos de que se puede disponer en la mandolina, instrumento que al primer golpe de vista, y para quien no lo conozca, parece que ha de ofrecer pocos recursos para sostener todo el peso de un concierto, y mantener en «crescendo» el interés del auditorio, pero en manos del Sr. Santos ¡qué rica resulta la mandolina, qué variaciones y qué diluvio de notas! Es menester oírlo para creerlo. La numerosa concurrencia demostró que comprendía el trabajo artístico de Santos, tributándole ;11 final de cada pieza una verdadera ovación, obligándole a repetir la mayor parte de las obras del programa. El movimiento perpetuo, la mazurca con variaciones, la serenata y el duetto, que salieron de la púa del Sr. Santos convertidas en filigranas de las más hermosas; las demás composiciones están concebidas con e! objeto de hacer resaltar la virtuosidad del concertista que pueda atreverse a tocarlas y en ellas están acumulados toda clase de efectos, desde los sonidos armónicos y las fermatas complicadas hasta las triples y séxtuples cuerdas. Por eso, en ciertos momentos, las dificultades de ejecución que su autor ha puesto en ellas, le han obligado a buscar ciertos efectismos de forma que se jus­tifican por sí solos desde el momento que su autor ha logrado lo que se propuso, esto es, hacer brillar su virtuosidad y los efectos de la mandolina bajo sus múltiples aspectos. Terminado el programa, e! auditorio, con calurosos aplausos, obligó al Sr. Santos a ejecutar unas intrincadas y dificilísimas variaciones sobre «El Carnaval de Venecia» y la ‘Jota Aragonesa» que afirmaron aún más el perfecto dominio de la mandolina que el Sr. Santos posee y la asombrosa agilidad de sus dedos.»

Escribió varias obras para instrumentos de púa como la Escuela moderna de la mandolina española, colección compuesta de varios métodos; varios estudios para laúd español y, su trabajo más completo, la Escuela para mandolina italiana. Mejoró la obra de Cateura.

Fue promotor y director de la Asociación Filarmónica de Mandolinistas, fundada en 1916.

Su obra constituye una base fundamental para la formación de cualquier instrumentista de púa en España.

«Los instrumentos de púa en España» J.J. Rey y A. Navarro (Madrid, 1993, Alianza)

OBRA:

Para mandolina española o bandurria. Escuela moderna de la mandolina española o bandurria: (Editados por Francisco Haro en Ed. Boileau http://www.boileau-music.com )

Escuela del trémolo op. 5

Escuela del alza-púa op. 9

Escuela del mecanismo op. 11, 12 y 13

Doce estudios artísticos op. 17

Estudios brillantes op. 18

Método elemental op. 115

Para laúd:

Editados en 2 vols. Por Ricardo García Gimeno en CEM Ediciones Musicales, distribuido por Alpuerto: tres estudios progresivos, seis preludios y dos estudios, doce estudios y seis preludios y trece estudios.

http://www.mundoplectro.com/epages/eb6658.sf/es_ES/?ObjectPath=/Shops/eb6658/Products/07020006

http://www.mundoplectro.com/epages/eb6658.sf/es_ES/?ObjectPath=/Shops/eb6658/Products/07020007

Para mandolina: (En proceso de edición por mundoplectro.com):

Método elemental y progresivo op. 120

Pequeña gran gimnasia del mandolinista op. 121

Gran gimnasia op. 122

Treinta estudios melódicos op. 123

Técnica del alza-púa op. 124

Estudios característicos op. 125 (Editado por Ricardo García Gimeno en CEM Ediciones Musicales, distribuido por Alpuerto)

Para Mandolina Española o Bandurria y Piano:
FANTASÍA CONCERTANTE
FANTASÍA BRILLANTE, sobre motivos andaluces
BALADA Y RONDÓ, op. 41.
ANDANTE Y ALLEGRETTO, op. 21.
ARAGONESA, Fantasía Brillante, sobre motivos de la Jota.
INCERTIDUMBRE, Romanza sin Palabras, op. 26.
GRAN FANTASÍA, sobre motivos populares catalanes.
FANTASÍA ORIGINAL, op. 29
LA MARIPOSA, Leyenda y Capricho, op. 30.
MAGDALENA, Mazurca con Variaciones, op. 03.
MOVIMIENTO PERPETUO, Capricho Brillante, op. 27.
PENSAMIENTO, en Si Menor, op. 02.
POLONESA BRILLANTE, op. 25.
TARANTELA, op. 42
UN RECUERDO, op. 23.
VALS Nº 2, op. 40.
TEMA CON VARIACIONES, en Si Menor, op. 40.
GAVOTA

Para tres Mandolinas Españolas o Bandurrias:
INTRODUCCIÓN Y MINUETO, Capricho para tres Mandolinas E. o Bandurrias.

Para Mandolina Italiana y Piano:
LA MACARENA, Playera y Danza Española.
VALS IDEAL, op. 33.

Para Violín y Piano:
BEATRIZ, Mazurca con Variaciones.

ADAPTACIONES,  para Mandolina Española o Bandurria y Piano:
AIDA (Fantasía), de G. Verdi.
CAPRICHO ARABE (Serenata),  de F. Tárrega
NOCTURNO, op. 9 nº 2, de F. Chopin.

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